"Un marido rico", ("The Palm Beach Story", Preston Sturges, 1942).
Una pareja llega inexplicablemente tarde al día de su boda y acaban casándose sus respectivos hermanos gemelos bajo el rótulo de vivieron felices, o no?Con este misterioso y brillante prólogo sin diálogos en el que solo al final del film entenderemos su significado, el maestro de la comedia sofisticada Preston Sturges realiza una de sus grandes obras maestras combinando a la perfección el más puro slapstick con el romanticismo, contándonos el eterno debate del amor verdadero frente al más material de la riqueza.
Tras cinco años de matrimonio, la pareja protagonista compuesta por Tom y Gerry, (Joel McCrea y una extraordinaria Claudette Colbert), están arruinados. Él intenta vender sin éxito el proyecto de un aeropuerto sobre una ciudad. No pueden ni pagar el alquiler de su casa y por ello su propietario enseña la vivienda aún estando ellos dentro a un matrimonio con un viejo medio sordo apodado el rey de las salchichas. En una famosa escena, el viejo encuentra a Gerry en la bañera escondida y acaba pagándole todas sus deudas, incluido el alquiler. Tom llega a casa y aun les queda parte de ese dinero y lo invierten para ir a cenar y pasar una noche romántica. Pero ella ya ha decidido dejarle para poder prosperar casándose con un millonario y así poder salir de la pobreza. Quiere ir a Palm Beach, el lugar donde las parejas se divorcian. Aqui da comienzo la parte más slapstick y alocada de la película. Ella huye de casa y él la persigue. La persecución empieza en las escaleras y el ascensor, pasando por un taxi y finaliza en la estación donde ella consigue que le paguen el billete en tren hacia Palm Beach un extraño club de cazadores. El viaje en tren es una auténtica locura y Sturges desarrolla unas extraordinarias secuencias alocadas donde los cazadores borrachos realizan prácticamente una noche de caza con su respectiva búsqueda de la presa con sus perros, todo ello dentro de los vagones. Ella que es esa presa asustada, se instala en otro departamento del tren y conoce a Hackensacker III, (Rudy Vallee), un millonario con el que finalizará su viaje hacia Palm Beach en su yate. Su hermana, la princesa Centimillia, (una genial Mary Astor), les espera allí. Gerry ya tiene lo que quería un rico para contraer matrimonio. Tom no está dispuesto a perderla y viaja en avión también al mismo lugar. Sturges nos va a plantear ahora el esquema habitual de género con sus cambios de identidades y enredos en el argumento, volviendo a pausar el tono narrativo tras esta frenética parte central. Tom y Gerry se harán pasar por hermanos frente a los personajes de Hackensacker y su hermana que quieren casarse con ellos por motivos muy diferentes. El multimillonario que va a contracorriente de lo habitual quiere casarse con Gerry por amor verdadero y en cambio su hermana quiere a Tom por diversión, ella se ha casado cinco veces antes y disfruta cazando a hombres casados. Aqui continúa la gran dicotomía que plantea Sturges durante todo el relato, es mejor el amor real y de corazón aun estando en la pobreza? O resulta más efectivo el amor más material por conveniencia? Tras una noche de cena y baile todo parece que nos va ha conducir hacia lo segundo, pero tras una maravillosa secuencia donde Hackensacker canta románticamente con una orquesta bajo el balcón de Gerry, ella vuelve a caer en los brazos de Tom, repitiendo la misma escena que en la noche romántica del principio del film, pero ahora ella decidiendo quedarse con Tom en vez de abandonarlo. Sturges ya ha elegido su moraleja final, es mejor el amor verdadero porque la pasión de una pareja es lo más importante y ninguna riqueza puede romperla. El director va a cerrar el film con un extraordinario desenlace, que como decía al comenzar mi critica, nos resuelve también su prólogo. Tras descubrirse que Tom y Gerry no son hermanos y que quieren seguir juntos, tanto Hackensacker como su hermana lo aceptan tranquilamente, (algo parecido al celebre "Nadie es perfecto" que emplearía años más tarde Billie Wilder en "Con faldas y a lo loco"). Seguidamente al mismo tiempo que los espectadores, descubren que Tom y Gerry tienen hermanos gemelos y acabarán casándose con ellos. En un maravilloso plano general vemos a las tres parejas en plena ceremonia matrimonial en la iglesia. Igual que al principio un rótulo nos vuelve a decir, felices para siempre, o no? No se puede finalizar mejor esta deliciosa historia.
Una gran obra maestra de Sturges que con "Las tres noches de Eva" y "Los viajes de Sullivan" conforman su extraordinaria trilogía dentro de la comedia sofisticada de los años cuarenta.