viernes, 24 de julio de 2020

"Un marido rico", ("The Palm Beach Story", Preston Sturges, 1942).

Una pareja llega inexplicablemente tarde al día de su boda y acaban casándose sus respectivos hermanos gemelos bajo el rótulo de vivieron felices, o no?
Con este misterioso y brillante prólogo sin diálogos en el que solo al final del film entenderemos su significado, el maestro de la comedia sofisticada Preston Sturges realiza una de sus grandes obras maestras combinando a la perfección el más puro slapstick con el romanticismo, contándonos el eterno debate del amor verdadero frente al más material de la riqueza.
Tras cinco años de matrimonio, la pareja protagonista compuesta por Tom y Gerry, (Joel McCrea y una extraordinaria Claudette Colbert), están arruinados. Él intenta vender sin éxito el proyecto de un aeropuerto sobre una ciudad. No pueden ni pagar el alquiler de su casa y por ello su propietario enseña la vivienda aún estando ellos dentro a un matrimonio con un viejo medio sordo apodado el rey de las salchichas. En una famosa escena, el viejo encuentra a Gerry en la bañera escondida y acaba pagándole todas sus deudas, incluido el alquiler. Tom llega a casa y aun les queda parte de ese dinero y lo invierten para ir a cenar y pasar una noche romántica. Pero ella ya ha decidido dejarle para poder prosperar casándose con un millonario y así poder salir de la pobreza. Quiere ir a Palm Beach, el lugar donde las parejas se divorcian. Aqui da comienzo la parte más slapstick y alocada de la película. Ella huye de casa y él la persigue. La persecución empieza en las escaleras y el ascensor, pasando por un taxi y finaliza en la estación donde ella consigue que le paguen el billete en tren hacia Palm Beach un extraño club de cazadores. El viaje en tren es una auténtica locura y Sturges desarrolla unas extraordinarias secuencias alocadas donde los cazadores borrachos realizan prácticamente una noche de caza con su respectiva búsqueda de la presa con sus perros, todo ello dentro de los vagones. Ella que es esa presa asustada, se instala en otro departamento del tren y conoce a Hackensacker III, (Rudy Vallee), un millonario con el que finalizará su viaje hacia Palm Beach en su yate. Su hermana, la princesa Centimillia, (una genial Mary Astor), les espera allí. Gerry ya tiene lo que quería un rico para contraer matrimonio. Tom no está dispuesto a perderla y viaja en avión también al mismo lugar. Sturges nos va a plantear ahora el esquema habitual de género con sus cambios de identidades y enredos en el argumento, volviendo a pausar el tono narrativo tras esta frenética parte central. Tom y Gerry se harán pasar por hermanos frente a los personajes de Hackensacker y su hermana que quieren casarse con ellos por motivos muy diferentes. El multimillonario que va a contracorriente de lo habitual quiere casarse con Gerry por amor verdadero y en cambio su hermana quiere a Tom por diversión, ella se ha casado cinco veces antes y disfruta cazando a hombres casados. Aqui continúa la gran dicotomía que plantea Sturges durante todo el relato, es mejor el amor real y de corazón aun estando en la pobreza? O resulta más efectivo el amor más material por conveniencia? Tras una noche de cena y baile todo parece que nos va ha conducir hacia lo segundo, pero tras una maravillosa secuencia donde Hackensacker canta románticamente con una orquesta bajo el balcón de Gerry, ella vuelve a caer en los brazos de Tom, repitiendo la misma escena que en la noche romántica del principio del film, pero ahora ella decidiendo quedarse con Tom en vez de abandonarlo. Sturges ya ha elegido su moraleja final, es mejor el amor verdadero porque la pasión de una pareja es lo más importante y ninguna riqueza puede romperla. El director va a cerrar el film con un extraordinario desenlace, que como decía al comenzar mi critica, nos resuelve también su prólogo. Tras descubrirse que Tom y Gerry no son hermanos y que quieren seguir juntos, tanto Hackensacker como su hermana lo aceptan tranquilamente, (algo parecido al celebre "Nadie es perfecto" que emplearía años más tarde Billie Wilder en "Con faldas y a lo loco"). Seguidamente al mismo tiempo que los espectadores, descubren que Tom y Gerry tienen hermanos gemelos y acabarán casándose con ellos. En un maravilloso plano general vemos a las tres parejas en plena ceremonia matrimonial en la iglesia. Igual que al principio un rótulo nos vuelve a decir, felices para siempre, o no? No se puede finalizar mejor esta deliciosa historia.
Una gran obra maestra de Sturges que con "Las tres noches de Eva" y "Los viajes de Sullivan" conforman su extraordinaria trilogía dentro de la comedia sofisticada de los años cuarenta.

viernes, 17 de julio de 2020

"Sangre y arena", ("Blood and sand", Rouben Mamoulian, 1941).

La vida de Juan Gallardo, (Tyrone Power), un torero que desde la pobreza alcanzará la fama y a través de la pasión y la obstentación llegará su inevitable declive y su fatal destino.
Con este argumento el extraordinario cineasta Rouben Mamoulian, va a realizar una de sus grandes obras maestras donde nos cuenta a la perfección el elevado precio de la fama, desde su auge y caida, y la maldad del pueblo que desde su ignorancia y analfabetismo vanaglorian tan cruel espectáculo con el periodismo a la cabeza, todo ello en un entorno folklórico de la España de la época extraordinariamente bello y fascinante realizado en un esplendoroso technicolor.
En un maravilloso prólogo de la infancia de Juan, Mamoulian ya nos plasma en imágenes su desmedida ambición por ser una gran estrella de la tauromáquia: El joven visita un garito donde se engrandece a Garabato, el gran torero del momento, y arroja en la cabeza una botella de vino al crítico de tauromáquia Curro por criticar a su padre también torero que falleció años atrás en el ruedo, después va a torear por la noche él solo con un toro, y va a visitar a Carmen, la chica que acabará siendo su esposa, (una bellísima Linda Darnell). Seguidamente se enfrentará con Manolo de Palma, marcando una rivalidad que siempre perdurará, y después de despedirse de su madre que se gana la vida fregando suelos, se marcha desde su Sevilla natal hacia Madrid a caballo y caminando con sus amigos para poder triunfar allá en el mundo del toreo. Después de una genial elipsis en el tren transcurriendo diez años donde se nos muestra el analfabetismo del grupo de amigos, regresan a Sevilla ya siendo Juan una gran promesa. Visitirá a Carmen con músicos incluidos para demostrarle su amor. Es increible lo bien que capta Mamoulian la esencia del flolklore español de la época a través de la música, ambientación y fotografía. Tiempo después ya siendo al fín una gran estrella, desde su trono es alabado por el crítico Curro, Mamoulian lo filma brillantemente como si fuera un auténtico rey medieval. Su sueño de llegar a lo más alto se ha logrado al fín, la gente lo aclama como a un Dios, el periodismo lo ensalza a lo más alto, y el dinero le llega a raudales. Hará su gran estreno en la plaza de Sevilla donde ya casado con Carmen, conocerá a la sensual y guapísima Doña Sol, (Rita Hayworth), y quedará totalmente fascinado por ella ofreciéndole su capota en la mismísima plaza. Aqui comenzará sin saberlo su declive a traves de la pasión por la belleza, el poder y la riqueza. En una extraordinaria y ya legendaria secuencia, Doña Sol torea a Juan en su mansión y se besan apasionadamente bajo la mirada de Carmen. A través de la figura de su amigo Nacional, (John Carradine), Mamoulian deja reflejada la clara postura antitaurina del relato como en la novela original de Blasco Ibañez. Es la ignorancia por el analfabetismo del pueblo lo que hace que disfruten de tan salvaje espectáculo sangriento. Es lo que nos cuenta Nacional en sus discursos, antes de acabar muriendo en el ruedo, que en realidad es la tesis del mismo director. Doña Sol acabará utilizando a Juan a su conveniencia y le abandona por Manolo de Palma porque va a ser la nueva gran estrella del toreo. El estrellato es de usar y tirar, y siempre será substituido por otro. Curro después de haberlo puesto en un altar, ahora  saca todo su veneno contra él en sus discursos. Juan después de las constantes advertencias de su madre que vuelve de nuevo a fregar suelos, y del amor eterno de su mujer Carmen que le acaba perdonando sus infidelidades, se da cuenta de lo absurdo de esa obstentosa y lujuriosa vida de fama y busca su redención. Pero ya es demasiado tarde, morirá en su última corrida en la plaza bajo la estampa de Jesús al que tanto habían rezado tanto él como su esposa y madre. No había escapatoria a la muerte porque era su fatal destino. El auge siempre tiene una caida y más en un espectáculo tan peligroso. Al mismo tiempo de su muerte, Manolo de Palma es vitoreado por el pueblo y aclamado por el crítico Curro mientras torea en la plaza y le otorga su capota a Doña Sol, (la historia se repite con otra figura). Seguidamente la película se cierra con una genial panorámica con la cámara mostrándonos la sangre de Juan que ha quedado impregnada en la arena. La arena es la vida y la sangre es la muerte. Es el elevado coste de la fama. La verdadera bestia no es el toro, es el público que desde su ignorancia al no saber leer ni escribir es capaz de aclamar y vitorear semejante espectáculo. Como dice Nacional antes de morir, .
Absoluta obra maestra del gran e infravalorado Rouben Mamoulian, que nos dejo unas cuantas maravillas que han pasado con total mericimiento a la historia del cine como, " El hombre y el mounstruo", "Ámame esta noche", "La reina Cristina de Suecia", o "El signo del zorro".