viernes, 18 de diciembre de 2009

"Blancanieves y los siete enanitos" de Walt Disney (1937)

Legendaria primera película en formato de largometraje de animación de la historia del cine del todopoderoso y genial Walt Disney, donde plasmó en imágenes el mítico cuento de los hermanos Grimm y revolucionó el mundo del cine en su época. Técnicamente fue todo un prodigio por lo innovador de la propuesta al sustituir los cortometrajes que se hacían entonces por un film de hora y media y por darle mucha vida y personalidad a los personajes, sobretodo a los carismáticos enanitos. Hay que recordar que los innumerables animadores que estuvieron trabajando en el proyecto tardaron cuatro años en finalizarlo, llevando casi a la quiebra al estudio, pero por fortuna para millones de niños de todo el mundo fue un rotundo éxito en su estreno, y siempre que han venido tiempos más difíciles para el estudio han optado por volverla a comercializar en las salas de cine, volviendo a ser una y otra vez un rotundo éxito para nuevos espectadores. El film en realidad no es ni mucho menos el mejor de animación dibujada porque solo utiliza dentro de cada uno de los planos los personajes u objetos en primer persona dejando así sin darle vida al resto de la imagen del cuadro como los fondos de los paisajes, o cualquier dibujo que no participa en la acción directa. Todo esto con el tiempo se fue desarrollando y perfeccionando y llegó a un nivel técnico muy superior, al igual que los guiones, porque en este caso tanto el príncipe como la mismísima Blancanieves realmente no tienen mucha repercusión y no están muy bien desarrollados en la trama, pero lo que le hace legendario al film son los en un principio personajes secundarios, o sea los maravillosos enanitos que están repletos de vida, y la malvada reina hechicera, y porsupuesto también los grandiosos números musicales que fueron muy innovadores y han pasado a la historia del cine con toda justicia, con temas tan inolvidables como el famoso tema que cantan los siete diminutos personajes al regresar al hogar. Pese a sus muchos defectos que tiene es sin duda un clásico imperecedero al que el tiempo no ha perjudicado, estando tan lleno de vida como siempre y siguiendo gustando a las nuevas generaciones de espectadores después de haber pasado ya más de setenta años de su estreno, reafirmando así que el buen arte jamás pasa de moda por muchos años que tenga.

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